Biografías imaginadas

nitz lerAsmo

Uno de los mayores cambios en el ámbito literario mexicano ha consistido en la diversificación de los medios donde los nuevos escritores se abren paso en la difusión de sus obras: antologías, entradas de blog, traducciones en medios electrónicos y publicación en revistas independientes. Esto es un claro ejemplo del ascenso de Nitz Lerasmo, escritora de la Ciudad de México, cuyo currículum incluye las plaquettes Instantáneas (Ediciones Awen, 2021), Miniaturas para una casita de muñecas (La tinta del silencio, 2021) y Minimalismo ficcional (Lágrimas de Circe, 2019), por nombrar solo unas cuantas, además de notables participaciones en certámenes y sitios de difusión literaria. Espacios en los que desarrolla su propuesta estética, fuertemente cimentada en la filosofía y portadora de un carácter especulativo que dota al discurso de un cúmulo de posibilidades acerca de lo que debió o no ser.

Biografías imaginadas es una obra que, a lo largo de siete cuentos, explora el espacio subjetivo de la memoria con historias que contrastan la realidad, que transcurre afuera, con los acontecimientos, suposiciones, secretos y autoengaños que enfrentan sus protagonistas. Estas historias juegan también con una riqueza de modos discursivos, dado que incluye a la epístola, el testimonio y el argumento. Textos que combinan el desasosiego ante la trascendencia, el olvido, el perdón, la fe o el desamor con un deseo irrefrenable por permanecer en el mundo –pese a su continuo caos–, y con un sentimiento de soledad propio de la condición humana.

Los relatos de Nitz ofrecen un lenguaje actual y al mismo tiempo rodeado de artilugios que reflejan la estilística de la autora. Su visión del mundo respecto al amor, erotismo, muerte, trascendencia y soledad son algunos de los escenarios por los que transitan sus personajes mientras recorren el camino al que han sido arrojados por sus acciones. Esto último, sumado a la autenticidad que la autora impregna en cada uno de ellos, asegura toda una experiencia para sus lectores. 

Carmen Macedo Odilón